A los visitantes de Málaga la fortaleza larga encima del centro les llama la atención al instante. Está situada en lo alto de la ciudad y ofrece unas vistas fantásticas de Málaga y del nuevo puerto. La Alcazaba de Málaga es un testimonio histórico de arquitectura árabe. El rey Badis-Maksan, soberano del reino granadino Taifa, construyó la Alcazaba de Málaga en los años 1036- 1057 encima de los restos de un palacio fenicio. Como la fortaleza servía de residencia para los soberanos árabes los planos se parecen a los de la Alhambra de Granada. Al este está conectada con el castillo de Gibralfaro, que fue construido tambien por los arabes. Los Reyes Católicos conquistaron la Alcazaba y el Gibralfaro tres siglos después, en el año 1487 . Aunque no se pueda comparar su tamaño con el de la Alhambra de Granada, la Alcazaba de Málaga sigue siendo una construcción impresionante que vale la pena visitar. Más aún teniendo en cuenta la entrada barata y la ausencia de tiempos de espera.
Un paraíso para los amantes de la naturaleza
Una visita de la Alcazaba de Málaga siempre vale la pena. La arquitectura árabe y la abundancia de flores en el interior de la ciudadela enseguida trasladan a los visitantes a otra cultura y época. El camino que sube al palacio va por zonas verdes cuidados con amor. Aquí se encuentran diferentes tipos de Cactus de todas las formas posibles y algunos incluso dan frutos comestibles (Chumbos). También se pueden observar papagayos salvajes. Pasando por pequeñas fuentes y arcos angulosos el visitante llega al interior de la Alcazaba de Málaga. Aquí se puede intuir el esplendor y el lujo de los tiempos de los soberanos árabes. Una variedad increíble de flores y plantas mediterráneas adornan el interior de la fortaleza. Muchos puntos en la subida ofrecen una vista fantástica al mediterráneo y la costa malagueña. En el recinto del palacio se muestran exposiciones distintas de artefactos encontrados en excavaciones. Las murallas históricas y las zonas verdes son cuidadas con esmero y entusiasmo. La Alcazaba de Málaga está conectada con el castillo de Gibralfaro a través de un corredor de dos muros con el nombre de Coracha Terrestre.
El teatro romano
Al pie de la Alcazaba de Málaga se encuentra el teatro romano. Fue descubierto hace pocos años (en 1951) durante excavaciones arqueológicas. Se restauró ampliamente y se abrió al público, quien lo puede visitar sin coste alguno. Este museo al aire libre también alberga pequeñas exposiciones que muestran objetos como máscaras, artefactos de cerámica y armas del tiempo bajo ocupación romana. Aquí se llega a conocer la larga y conmovedora historia de Málaga en la época anterior a los constructores árabes de la Alcazaba de Málaga.
Aviso importante
Para la subida a la Alcazaba es imprescindible llevar calzado adecuado ya que los caminos van por escaleras y adoquines. Por esta razón la visita no es apta para carritos de bebe o sillas de rueda. Para estos casos hay un ascensor. Está situado en la parte sur de la Alcazaba, Calle Guillen Sotelo. Lleva al visitante directamente al palacio Nasari. Para sesiones fotográficas profesionales se necesita una autorización del archivo municipal de Málaga.
Avenida de Cervantes, 4 Málaga - 29016 - Tel. 952 209 603 - Más información sobre ( horarios, precios, etc.) encuentra usted en Información.
Joyas turísticas
Para los visitantes que llegan a Málaga en crucero hay un servicio de autobús que les lleva del puerto al centro. Se coge directamente en el embarcadero. El autobús lleva a los visitantes hasta la entrada de la Alcazaba, pero andando tampoco se tarda más que unos 5- 10 minutos. Pasando por fuentes hermosas y plataneros en el Paseo del Parque el camino lleva al casco antiguo. Antes de comenzar la subida a la Alcazaba de Málaga se puede tomar algo en una de las muchas tabernas españolas. En estas bodegas se respira el aire auténtico de Andalucía. La taberna más conocida de Málaga se llama „Pim- Pil“. Allí quedan personas de la vida pública. La acogedora terraza está justo enfrente del teatro romano.
Después de la visita de la Alcazaba hay más opciones para conocer la ciudad de Málaga. Justo enfrente del teatro romano está el museo Picasso. Las entradas cuestan 7 euros para adultos y dentro se pueden contemplar las obras del artista de fama mundial desde cerca. De aquí se llega a la catedral de Málaga. Los malagueños la llaman „La Manquita“. Nunca se terminó construyendo, por lo tanto sólo tiene un campanario. La entrada a la catedral cuesta 5 euros por persona y el interior muestra al visitante un impresionante altar principal y varios altares más pequeños. Con un poco de suerte se puede ver el trono gigante de la Semana Santa. Justo al lado de la Alcazaba se sitúa el hotel „Málaga Palacio“. Tiene una azotea con un pequeño restaurante a-la-carte y una piscina. Aquí también se tiene una vista maravillosa sobre toda la ciudad de Málaga y el mediterráneo. Se ofrecen también visitas guiadas en autobús o carruaje.